Por: Dr. William Franco Gallo

La esperanza genera mas angustia

Habla su santidad – el Santo Padre -  de la ESPERANZA –  es una doctrina que se apoya en la antropología optimista del ser humano, en que el futuro podrá ser mejor -, pero es un fino  embeleco emocional que resulta de los DESEOS, camino del apego. Esto último es el detonante de la angustia, la ansiedad, el estrés, la depresión, baja estima, etc.

La ESPERANZA es la estrategia de los perdedores, el camino de los cobardes. Es una emoción, en dirección de una acción, una intención, un deseo FUTURO. Por ahí no es el camino.

El ser humano – cerebro - nunca ha sido eficiente y bueno para predecir el futuro; su fracaso ha sido la cuota inicial, para inventarse la Mitología, la RELIGIÓN, el Zodíaco, Horóscopo, Tarot, Cábala. Todas al unísono se encargan en descifrar el futuro, de ofrecer un paliativo – respuestas ilusas -  para apaciguar la curiosidad por lo desconocido, la angustia de la SOBREVIVENCIA.

La ESPERANZA es la retórica  y el rincón de los mediocres, los que se resisten en aceptar la REALIAD, prefieren buscar sesgos e inventarse atajos para resolver sus complejidades, expectativas, cifran su ESPERANZA ensayando encontrar patrones  y códigos (fórmulas mágicas) para alcanzar el éxito material (ejemplo: lotería, negocios) a través del menor esfuerzo. En todos estos malabares se encomiendan a alguien que les colabore (Dios).

Entre menos CONOCIMIENTO PRODUCTIVO (habilidades y destrezas: duras y blandas) y MIEDO tenga una persona sus posibilidades de VIDA para hallar los espacios de felicidad y éxito  se potencian en la ESPERANZA: buscando a alguien (socio) – divinidad  - que le ayude.

La ESPERANZA es el sueño indeclinable de hallar un apoyo para que un tercero en modo de COLABORACIÓN (el Estado, la familia, la manada, una divinidad – Dios) les ayude a resolver sus expectativas (reto, problema).

1. Son personas que se resisten al CAMBIO, prefieren el facilismo en esperar ayuda de otro (colaboración) porqué el cambio implica un gran esfuerzo y riesgo, donde lo primero que hay que vencer es el MIEDO;
2. Son personas que prefieren vivir en una Zona de Confort  que empeñar recursos – energía bien costosa – para encontrar la verdad; poco o nada les interesa a fin de cuentas así la especie – homínidos - ha sobrevivido …, no tiene sentido arriesgarse. Cifran su esperanza en que las cosas podrán ser mejor a futuro.

Las religiones – todas – deben cambiar su cartilla no seguir ofreciendo la misma receta de la FELICIAD, la ESPERANZA, etc. Más que una estrategia dominante y egoísta – sustentada en el PECADO, la CONFESIÓN y el INFIERNO - están creando cada vez más ansiedad y angustia en los humanos. Como generadores de opinión deberían de ser mas sensatos en no seguir abusando de las debilidades emocionales de sus creyentes desesperados.

No se vale, que las religiones sigan cultivando la DEPENDENCIA y la CULPA, como metodología dominante para conservar y/o amancebar a sus súbditos en términos de IDENTIDAD, fruto de la necesidad de su genética subyacente antropológica de pertenecer a algún lugar (grupo de células, órgano, sistema, nación, Estado, familia, gremio).

Tampoco se vale seguir haciendo de los ritos y cultos  la mejor estrategia para apaciguar las angustias del alma, lo mejor es la ATENCIÓN PLENA (realidad) es la única verdad para hallar la mejor salud mental (bienestar – tranquilidad: felicidad). Los convites (cultos) de emociones colectivas son placebos transitorios sin prospectiva (felicidad efímera).

La felicidad y la esperanza no está en las religiones sino en el esfuerzo individual, y para esto se requiere trabajar mucho en el silencio y la reflexión, conocernos a nosotros mismos apoyados en el control y manejo de la EMOCIONES. Es este el puntal para crear otras habilidades y destrezas – conocimiento productivo espiritual – para crecer tanto en lo espiritual como en lo material, sin perder el centro de lo principal, buscar la ruta de DIOS con la intención y fervor de ser parte del todo.