La cultura de la movilidad

Por: Dr. William Franco Gallo

34. LA CULTURA DE LA MOVILIDAD

 Los tiempos hoy en día no son de evolución sino de REVOLUCIÓN, el sello de velocidad que ha imprimido el desarrollo de la tecnología hace que sea necesario cambiar el chip de la percepción sobre el manejo y control del tiempo.

 En épocas pretéritas todo se dejaba para que las cosas fueran mutando – al ritmo de la selección natural -,  y se adaptaran a las circunstancias evolutivas que iba ofreciendo el medio social, económico, político, etc.  En la actualidad los CAMBIOS se dan sobre “Tormentas Perfectas”, al calor de las turbulencias,  en un ambiente de incertidumbre e inestabilidad, donde se requiere bases muy sólidas de “Análisis de Contexto” en dirección de interpretar bien la realidad.

 Vr. Gr. Esto quiere decir, que: Para ser un excelente jurista no es suficiente ser un buen doctor en leyes, quizás ya es lo mínimo que se debe saber.  En estos tiempos es de mayor importancia la integralidad del conocimiento, la versatilidad y la capacidad de asociación en los juicios de valor.

 No se puede olvidar que más del 80 % de los inventos – del Templo de la Ciencia - han surgido de la “accidentalidad”, que con un excelente nivel de observación y transversalidad han encontrado con facilidad  su utilidad.

 NO son épocas donde se vale aplazar decisiones (procrastinar), al contrario hay que aprender nuevas destrezas y habilidades (conocimientos) para enfrentar situaciones, y resolverlas con eficiencia sobre la marcha (trabajo sobre presión), estamos hablando de la disrupción en la capacidad adaptativa, el mejor punto de apoyo para lograr la ventaja comparativa. 

 En palabras corrientes – metafóricamente - sería: acomodarnos bien – muy rápido y de la mejor manera - en la silla de montar  mientras el caballo se sacude y va trotando algarete por entre riscos y raudales inhóspitos.

 De esto se trata la “Revolución de la Movilidad”, resolver complejidades en entornos de alta presión – emocional - donde lo mas importante es saber inhibirse – sustraerse – de cualquier situación que pueda afectar la calidad de las decisiones. Es en esta clase de situaciones donde se reconoce quien es mejor que otro, quien triunfa quien pierde.

 Los deportistas de élite son expertos – fruto de la repetición – en detectar, congelar y aumentar la “fijación de la atención” en esa fracción de  segundo (IGNICIÓN), donde se decide todo, para alcanzar la excelencia.  Es tan perfecto lo anterior que de tanto repetir – practicar - se vuelve inconsciente (mecánico), automatizado. El truco está en hacerlo mucha veces, despacio, en silencio, corrigiendo procesos, ajustando y desde “diferentes contexto” para jamás olvidar. En el último detalle está la clave.

El que entendió, entendió…

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