3. El Estado y la Acuicultura 

El ser humano tiene la nefasta condición de buscar las culpas en los demás. Y es por eso que muchas veces, se evade la responsabilidad, de manera fácil diciendo que todo - frustración - se debe a la falta de apoyo del Estado. Pero pregunto: Que sector del campo ha sido apoyado, con decisión y constancia, por el Gobierno en sus inicios, y si lo hay, ninguno ha sido exitoso.

- Los cafeteros, con su hacha en el hombro forjaron su destino, lo mismo los bananeros, floricultores, solos, a puro pulmón. Mas bien el Estado se ha nutrido de ellos, cuando han demostrado que su emprendimiento ha sido valioso; y mas que actuar en función de esquilarlos es un deber de todo nacional tributarle al Estado, por el interés general: Principios de Hacienda Pública, la Cosa Pública.

Si esto no fuera así, créalo que jamás les hubiera ayudado en épocas de crisis.

Este contexto sirve para que todo emprendedor entienda que sus desarrollos empresariales no se pueden soportar esperando y/o sujetos a las ayudas del Estado: Líneas de crédito con periodos de gracia, tasas de interés bajas, subsidio a los insumos, etc. Entienda, y no sueñe, el Estado es pésimo gestor, se mueve al vaivén de las circunstancias de sus intereses y necesidades políticas. El Estado es efímero, mientras no existan políticas de Estado, el gobierno actúa sujeto a su plan de gobierno: Lo que hoy puede ser, mañana perfectamente puede no existir.

Lo citado en este precedente es para llamar la atención sobre algo que es bien importante: Asumir con responsabilidad propia todo emprendimiento en acuicultura, sin esperar ayuda de nadie. Antes de ejecutar un proyecto, por pequeño se sea, avalúe primero los riesgos, minimícelos a su máxima expresión. Los fracasos en los cultivos de peces se deben a la falta de percepción, cuidado a la hora de llevar adelante las acciones pertinentes para sacar adelante el proyecto.

- Citaré un ejemplo que no nos cansamos de reseñar: Por ahorrarse unos pesos castigan el largo del arte de pesca (trasmallo - chinchorro), también su altura. Es el peor error que pueden cometer, y muchas veces nos ha pasado que a pesar de hacerles la advertencia continúan en su empeño. Resultado: Sus faenas de captura no son eficientes. Con medio metro que falte (largo) es suficiente para que los peces ganen un espacio para huir. Aprovecho la oportunidad para hacer saber que un arte de arrastre para que sea eficiente debe ganar las dos orillas del espejo de agua, con el fin de evitar los riesgos antes anotados. Lo mejor es que tenga 5 metros mas del ancho del espejo de agua.