18. Quienes son los que hacen las canoas

No son otros que laboriosos campesinos, de las riveras del Sinú y San Jorge (ríos del Caribe de Colombia), que tostados por el sol – inclemente - en sus faenas de pesca, saltan del agua – ahora -  para ofrecernos con su mejor empeño y jerarquía el trabajo de sus labranzas  sobre maderas vírgenes, que a golpe y pulso de puño dibujan con sus manos una pieza artesanal de inigualable belleza.

Cada canoa es el resultado, primero, de saber elegir con sabiduría extrema, cual es maderamen que se merece la suerte de su la labranza.  Algunos desprevenidos, podrán creer que son palos caídos, sobrantes de alguna tala miserable de los bosques. Jamás: los requerimientos son muchos, no es suficiente estar seco, al temple del sol, se requiere también pasar por el rasero  de sometimiento del agua en el fondo de algún espejo de ciénaga y/o río donde la luz de la luna no llegue con sus rayos de plata.

Es en estos ajetreos, de prueba, donde se valora la nobleza de la dureza – compacta – de la madera para poder ser elegida y, trasformada luego en una bella y hermosa canoa, ligera y briosa en el agua.

Una vez  seleccionada, se escruta con celo la pieza de trabajo, palmo a palmo se revisa que no exista ninguna fisura en el tronco; la simetría de la contextura debe ser perfecta

Evacuadas todas las anteriores expectativas se da inicio a la obra …, cada avance se revisa, se aploma y se valora. La premura del tiempo no acosa, no hace parte del arte que se deja en cada huella.

Cómo se puede apreciar cada CANOA, chalupa, bote, barca de madera – tamaño escala - , como usted la quiera llamar, consigna en su interior una linda historia marcada por labriegos pescadores: mestizos, mulatos, indios de algunas de las selvas de la profunda Colombia.

Después de esta exploración de contextos, contacte a uno de nuestros colaboradores comerciales para temas de ventas  sobre el deseo de adquirir alguna de estas piezas, únicas y exclusivas, artesanales –